IDEA PRINCIPAL: El Espíritu Santo es Dios en acción liberadora.
Cambio de mentalidad: entender que, a lo largo de las páginas de los Hechos, podemos ver a Dios actuando poderosamente por la obra del Espíritu Santo en acción liberadora.
Cambio de corazón: sentirnos libres sin ser víctimas del pecado.
Cambio de vida: entender que el Espíritu Santo nos da autoridad para proclamar el evangelio del Reino con poder, y no tenemos que inventar historias o crear ficción para que la gente responda a eso.
Es importante tener claro el concepto de libertad. ¿Cuáles son los conceptos de libertad que vemos hoy? ¿Te sientes libre?
Es importante considerar que Los Hechos nos enseñan que el Espíritu Santo es Dios en acción. A lo largo de sus páginas, podemos ver a Dios obrando de maneras poderosas.
El pastor Pablo Deiros inicia esta serie reconociendo que el Espíritu Santo es Dios en acción liberadora. Nos desafía a considerar al menos ocho afirmaciones sobre esta acción liberadora.
Mientras observas esta sesión, presta atención a cómo Pablo Deiros responde a las siguientes preguntas:
¿Cuál es la acción del Espíritu Santo que se destaca en esta sesión?
¿Cómo obra el Espíritu Santo cuando experimentamos pruebas y aflicciones?
¿Cuál es la causa que suele provocar en nosotros una personalidad incoherente?
SESIÓN 2: LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO (11 minutos).
Deiros inicia esta sesión hablando de la importancia de la acción del Espíritu Santo en una acción liberadora. Durante tu vida, ¿en qué cosas reconoces que el Espíritu Santo te ha hecho libre?
Cada vez que los cristianos experimentan pruebas y aflicciones de diversos tipos, el Espíritu Santo está allí para contrarrestar la desesperación y dar lugar a la esperanza. ¿Qué importancia tiene esta afirmación en tu vida diaria?
El Espíritu Santo nos libera de la alienación de una personalidad inconsistente que muchas veces es el resultado del pecado. ¿Cómo puedes entender esto para fortalecer tu relación con Dios? ¿Con qué frecuencia buscas el consuelo y la fortaleza del Espíritu Santo en las Escrituras?
Lee Hechos 16:16–18.
v. 16–18 La realidad de esta posesión demoníaca es tan innegable como cualquier otra en la historia del Evangelio. En varias ocasiones se registra expresamente cómo Jesús silenció a estos espíritus malignos en el momento de reconocer su majestad (Marcos 3:12, Lucas 4:34–35, Lucas 4:41). El Espíritu Santo nos libera de Satanás y pone consistencia en nuestra personalidad, produciendo su fruto en nosotros. ¿Qué inconsistencias en la vida de esta joven mujer vemos en estos versículos?
El personaje de la historia narrada en Hechos 16:16-18 es el joven “esclavo”. El término en griego es “paidiske” y también puede ser traducido como sirvienta o muchacha. Sin embargo, cuando en el mismo texto tenemos la palabra “paidiske” y el término “kyrios” (patrón, dueño, señor, v. 16.19), el significado de “paidiske” es esclavo. Ciertamente, el énfasis del texto muestra la liberación de la esclavitud. Esclavo del diablo y en consecuencia de una relación de explotación por parte de otras personas. ¿Cómo identificar si estamos esclavizados en algún ámbito de nuestra vida?
Como señala Deiros, el Espíritu Santo nos da una libertad integral, pero es necesario que dejemos que el Espíritu Santo tome el control de las diversas áreas de nuestra alma (pensamientos, emociones, voluntad). ¿Cómo hacer esto a partir de la experiencia de Lidia narrada en 16:12–15?
Este texto nos hace reflexionar sobre cuál es nuestra posición frente a los gritos de millones de mujeres y hombres que viven en situación de esclavitud. Concretamente, ¿qué podemos hacer para que nuestra forma de vivir y relacionarnos sea una oportunidad de salvación para nuestras comunidades, en donde estas puedan sentirse acogidas, recibiendo y compartiendo sus dones?
El Espíritu Santo nos da autoridad para proclamar el Evangelio del Reino con poder, y no tenemos que inventar ninguna historia o crear una ficción para que la gente responda al mensaje. Es el Espíritu Santo quien convence y convierte el corazón de las personas, y nos utiliza a todos como sus agentes y testigos.
Tenemos una misión que Dios nos ha dado, por lo que debemos entender que somos libres por la acción del Espíritu Santo para cumplir esta misión.
- Lee Hechos 16:16-18 y reflexiona sobre la importancia de la acción del Espíritu Santo en la conversión.
- Ora para que el Espíritu Santo continúe liberando todas las áreas de tu vida.
- Evalúa en qué áreas de tu vida aún necesitas la liberación que solo nos da el Espíritu Santo.
- Decide cómo buscarás intencionalmente la liberación de Dios (a través del estudio de la Biblia, de la oración y de la consejería) para las distintas áreas de tu vida que aún deben desarrollarse.