El Condimento del Fervor

¿Alguna vez has probado una comida que te encantó y pensaste?: «Yo hago esta misma comida, pero le falta algo». Es el condimento.

El condimento no solo cambia el sabor, sino también el aroma, dejando una marca inolvidable. Así como un buen condimento es esencial en la cocina, hay un condimento que es absolutamente esencial en la vida de oración y en la vida del cristiano: el fervor.

El pastor Marcelo Juárez, nos invita a reflexionar sobre este condimento necesario en la vida espiritual, a veces, pareciera que está medio escondido, o no todos se animan a usarlo. Sin embargo, la Palabra de Dios nos muestra que el fervor no puede faltar. Acompáñanos a descubrir por qué, explorando algunos ejemplos y pasajes bíblicos clave.

1.Fervor en la Oración: La Oración Intensa que Trae Resultados Sobrenaturales

Cuando pensamos en oración ferviente, la Escritura nos presenta a Elías. Santiago nos dice algo importante sobre él: «Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras». Esto significa que enfrentaba luchas, tentaciones, enojos y frustraciones como nosotros. No era un «superhombre espiritual» que estaba por encima de los sufrimientos de la vida.

A pesar de tener una naturaleza como la nuestra, Elías «oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto» (Santiago 5:17-18). La forma en que Elías oró, con fervor, marcó la diferencia. El fervor está asociado a la intensidad de la oración y a la respuesta milagrosa y sobrenatural de Dios.

La forma en que oras importa. Tal vez el fervor ha sido un condimento que no has usado, quizás por miedo, como esos condimentos fuertes que pueden arruinar la comida si te pasas. Pero el fervor también contagia y te impulsa a moverte.

Vemos otro ejemplo en Hechos 12:5: «Pedro era custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios por él». Otras versiones dicen «sin cesar». La iglesia primitiva era una iglesia ferviente, una iglesia encendida por el poder del Espíritu Santo.

2. Fervor en la Lucha Espiritual: Batallando con Intensidad

Jesús mismo nos mostró la importancia del fervor al enfrentar la lucha espiritual. En Lucas 22, se describe su oración en el huerto: «Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre que caían sobre la tierra». Aunque los discípulos se durmieron a causa de la tristeza y la pesadez de la situación, Jesús no se durmió, sino que batalló con fervor.

Hay momentos en la vida donde sientes pesadez, cansancio, desgano al buscar a Dios o al orar, especialmente en situaciones de mucha tensión o presión. La palabra de Dios nos enseña a enfrentar estas situaciones pesadas con intensidad, con fervor. «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá», dice la palabra. Esto implica golpear, hablar con intensidad, no dejarle espacio al enemigo. Puedes dormirte o puedes tener la victoria, como la tuvo Jesús en ese instante.

3. Fervor en el Servicio: Diligencia y Pasión por Dios

El fervor también está asociado a nuestra forma de servir a Dios. Romanos 12:11 nos dice: «En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor». El fervor aquí significa un servicio apasionado, desinteresado, que no necesita ser empujado, sino que nace del deseo genuino de lo que Dios tiene para nosotros y quiere hacer a través de nuestras vidas.

4. El Desafío de los Últimos Tiempos: El Enfriamiento del Amor

Jesús, hablando de los tiempos finales, nos advirtió sobre un peligro específico. En Mateo 24, después de describir señales como guerras, hambres, pestes y terremotos, dice algo crucial: «Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará». Este versículo nos dice que en estos tiempos, mucha gente cristiana se va a enfriar.

Por eso, debemos evaluar nuestra temperatura espiritual hoy. Lo contrario al fervor es estar frío, la frialdad absoluta. La falta de fervor está asociada a la apatía, el desamor, el desinterés y el desgano. El enemigo quiere traer esto sobre la iglesia: una iglesia fría, apática, donde da lo mismo servir a Dios que no servirle.

5. La Elección del Fervor: ¿A Quién Servirás y Cómo?

Elías enfrentó a un pueblo que «vacilaba entre dos opiniones». No estaban seguros de quién era el verdadero Dios, estaban esperando a ver quién ganaba. Hay gente que solo le interesa estar del lado del ganador. Pero Elías, como hombre fervoroso, no se detuvo y clamó hasta ver la respuesta de Dios.

Hoy se nos presenta una elección similar, como Josué le dijo a su pueblo: «escogeos hoy a quien sirváis… Pero yo y mi casa serviremos a Jehová» (Josué 24:15)10. Debemos elegir a quién servir y cómo vamos a servir. ¿De una manera fría, tibia, por conveniencia? ¿O a pesar de todo, con pasión y fervor?

Dios desea una relación apasionada con su iglesia, su novia. No aceptará una novia indiferente, que no le preste atención, que ni siquiera le hable. Él llama a levantar la temperatura espiritual, a no ser tibios ni fríos. Dios vomita a los que no son fervientes, fervientes, intensos, apasionados, amantes de Dios.

Un Llamado Personal

Quizás sientes que te has enfriado, que perdiste el fervor, el ánimo o la pasión. El Espíritu Santo puede estar hablándote, diciendo: «Te extraño. Extraño al que me amaba, al que me buscaba… Extraño esa pasión que tenías». Él llama a volver, a abrir la puerta, a pedirle que encienda el fuego nuevamente.

No importa lo que te haya hecho dormir o enfriarte, el Señor te llama: «Despiértate». Puedes pedirle que toque tu vida, que te muestre misericordia y te restaure. Dios es un Dios que restaura y quiere estar contigo.

Decide hoy ser un amante y apasionado de Dios, pase lo que pase. Él te dará la fuerza, pero debemos elegir vivir momentos difíciles con fervor, creyéndole intensamente y golpeando el cielo en oración.

Extraído de la prédica del Pastor Marcelo Juárez, del día domingo 25 de mayo del 2025.