Tiempo de ser santos

Basado en la prédica del Pr. Marcelo Juárez, que nos habla de la necesidad de santificarnos y buscar la presencia de Dios con reverencia, para afrontar una nueva etapa en nuestra vida espiritual.

¿Cuál es la preparación espiritual necesaria para entrar en una nueva etapa de la vida de la mano de Dios?

Si tomamos el pasaje de Josué capítulo 3, podemos reflexionar sobre un momento crucial en la historia del pueblo de Israel, liderado por Josué. Tras 40 años de esclavitud y un largo peregrinar por el desierto, se encuentran a las puertas de la Tierra Prometida, listos para cruzar el Jordán y enfrentarse a la conquista de Jericó. Este relato no es solo un hecho histórico, sino una poderosa alegoría de los desafíos y oportunidades que enfrentamos en nuestra vida espiritual.

Un nuevo camino, una nueva forma de ser guiados

En esta nueva etapa, Dios transforma la manera en que guía a su pueblo. En el desierto, una nube los cubría de día y una columna de fuego los iluminaba de noche. Ahora, es el arca del pacto la que lidera el camino. Esta arca, que contiene una porción de maná (provisión), la vara de Aarón (sacerdocio) y los Diez Mandamientos (la palabra de Dios), representa la presencia misma de Dios.

Dios le dice a Josué que guíe al pueblo por un camino desconocido. Esto significa que no pueden confiar en experiencias pasadas, ni en guías humanas, deben depender completamente de la presencia de Dios.

• El arca simboliza la provisión divina, el sacerdocio y la palabra de Dios.

• Dios guía a su pueblo por un camino desconocido, donde no hay guías humanas ni experiencias pasadas que valgan.

• Es esencial depender completamente de la presencia de Dios para tomar decisiones y avanzar.

La santificación personal: Un requisito indispensable

Antes de cruzar el Jordán, Dios le da una instrucción clave a Josué: «Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros». Esta orden implica un llamado a la acción individual y colectiva. No basta con desear la santificación, sino que es necesario tomar medidas concretas para apartarse de todo aquello que contamina nuestra relación con Dios.

Dios promete provisión y victoria, pero el pueblo debe santificarse, apartándose de lo impuro para ser recipientes de las maravillas divinas. Pero también necesitamos de la Sangre de Jesús, para limpiarnos, entregar a Él nuestros pecados.

• La santificación implica renunciar a lo impuro, a las cosas que no agradan a Dios.

• No podemos limpiarnos por nosotros mismos, necesitamos la sangre de Jesucristo.

• Es necesario reconocer nuestras faltas y entregárselas a Dios en la cruz.

La victoria está asegurada: El ejército de Dios a nuestro favor

Josué tiene un encuentro trascendental con el príncipe del ejército de Jehová, una manifestación de Jesucristo en el Antiguo Testamento. Este encuentro revela que la victoria ya ha sido ganada en el mundo espiritual. El ejército de Dios está a nuestro favor, listo para pelear nuestras batallas y darnos la fuerza para conquistar lo imposible.

• Dios nos lleva a enfrentar desafíos que superan nuestras capacidades, para que dependamos de Él.

• El ejército de Dios está a favor de su pueblo.

• La victoria final depende de la intervención divina.

Reverencia y santidad: El encuentro con lo sagrado

El príncipe del ejército de Jehová le ordena a Josué que se quite el calzado, porque el lugar que pisa es santo. Esta acción simboliza la reverencia que debemos tener al acercarnos a la presencia de Dios. No podemos presentarnos ante Él de cualquier manera, sino con un corazón limpio y una actitud de humildad.

• La santidad es un requisito para caminar en la presencia de Dios.

• Debemos ser conscientes de que estamos en un lugar santo y actuar con reverencia.

• Es necesario pedir a Dios que limpie nuestra vida de pecado constantemente.

Es tiempo de avanzar: Un llamado a la acción

El mensaje es claro: Dios nos llama a cruzar, a pasar al otro lado, a vencer. Pero, para experimentar su gloria y sus milagros, es imprescindible que nos santifiquemos, que nos apartemos del pecado y que busquemos su presencia con reverencia. Dios está listo para hacer maravillas en nuestras vidas, pero nos toca hacer nuestra parte.

Tomado del sermón del pastor Marcelo Juárez predicado el Domingo 9 de marzo de 2025