La importancia de crecer espiritualmente: Deja a un lado lo que es de niños

Continuando con la temática del crecimiento espiritual, el Pastor Marcelo Juárez, nos invita a reflexionar sobre el apóstol Pablo, quien nos da una lección poderosa. Él esperaba que los creyentes crecieran y avanzaran en la fe. Les dice que no pudo hablarles como a personas espirituales, sino como a «carnales», como a niños en Cristo. Les dio «leche», no alimento sólido, porque aún no podían recibirlo, y lo más impactante es que les dice: «ni aun ahora podéis». Esto nos muestra que, a pesar de estar llenos de dones espirituales, la iglesia podía quedarse estancada en una niñez espiritual.

El Crecimiento Espiritual: Una Necesidad, No una Opción

Cuando llegamos a los pies del Señor, somos como bebés espirituales. Es normal, es el comienzo de nuestra nueva vida. Pero no podemos permanecer en ese estado de niñez. Para un cristiano, crecer espiritualmente no es una opción; es un requisito. Dios nos llamó para que crezcamos y para entregarnos mucho más de lo que imaginamos.

¿Por qué es tan importante?

•La falta de crecimiento nos limita en nuestro conocimiento de Dios y en el descubrimiento de Su propósito para nuestra vida.

•Nos expone a la obra del diablo. La inmadurez espiritual puede hacernos caer en trampas y ciclos destructivos, llevándonos a la esclavitud de adicciones, pensamientos negativos o problemas de carácter.

Los Peligros de Quedarse Como Niños (Hebreos 5:12-14)

El apóstol Pablo plantea un problema en Hebreos, señalando un retroceso en la vida espiritual de las personas: «Pues aunque ya debiera ser maestro, otra vez tenéis de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios y habéis llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido. Porque todo el que toma solo leche no está acostumbrado a la palabra de justicia porque es niño. Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.»

Si no crecemos:

•Somos fácilmente influenciados por cualquier enseñanza o moda, sin discernir si viene de Dios.

•Estamos más expuestos al engaño del diablo.

•Podemos estancarnos en prácticas mundanas o supersticiones, incluso después de años en el Evangelio. Necesitamos estar firmemente parados en la Palabra de Dios y saber lo que creemos.

La inmadurez espiritual te condiciona y te limita para tomar tu herencia en Cristo. Un heredero, mientras es menor de edad, no es diferente de un siervo, aunque sea el dueño de todo, y está bajo tutores hasta la edad señalada por el padre. Esto significa que, aunque Dios tiene mucho para ti, la inmadurez espiritual pone un límite.

Características de la Niñez Espiritual (1 Corintios 13:11)

Pablo nos dice: «Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.»

La inmadurez se nota en la manera de hablar, pensar y razonar. Algunas características de la inmadurez, que a menudo vemos en adultos, son:

•Quejarse por todo y llorar constantemente.

•Querer todo ya y hacer berrinches.

•Buscar atención.

•Ser vengativo, egoísta, caprichoso y celoso.

•No reconocer nada, ser peleador, cruel, desobediente y desagradecido.

•Tener áreas inmaduras que se reflejan en nuestras relaciones. A veces pensamos que un matrimonio es de dos, pero en realidad pueden ser cuatro: el hombre y su «hombrecito», la mujer y su «niñita».

•Quedarse estancado después de una caída o un golpe en la vida cristiana.

Cómo Crecer y Buscar la Madurez

1.Desea la Leche Pura de la Palabra (1 Pedro 2:2): «Desead como niños recién nacidos la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación.» Necesitamos crecer a través de la palabra de Dios, no quedarnos solo con lo básico. Así como un bebé necesita dejar la leche para crecer y comer alimento sólido, nosotros necesitamos avanzar en nuestra fe. El alimento sólido es para los adultos que ejercitan sus sentidos para discernir el bien y el mal.

2.Deja las Cosas de Niño (1 Corintios 13:11): «Dejé las cosas de niño» significa «dejar inoperante». Es dejar que esa forma de hablar, pensar y razonar como un niño ya no opere en tu vida. Las cosas de niño no se irán solas; necesitamos confrontarlas. Si hay áreas en tu vida donde te sientes «detenido», necesitas que sean tratadas.

3.Transforma tu Manera de Pensar (Filipenses 4:8 y 1 Corintios 14:20): Pablo nos exhorta: «Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar, más bien sed niños en la malicia.» Y en Filipenses nos da la clave para el crecimiento de nuestra mente: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, en esto pensad.»

◦Nosotros decidimos en qué pensar. Si cambiamos nuestra forma de pensar, empezaremos a crecer.

◦Una persona inmadura piensa en mentiras, cosas deshonestas, injustas, impuras, y habla mal de otros. Una persona madura busca lo bueno en los demás, incluso en quienes no les caen bien, y puede mirar al otro en vez de criticarlo o envidiarlo.

◦La sociedad de hoy nos empuja a la comparación y a pensamientos negativos, pero debemos disciplinar nuestra mente y mirar como Dios mira.

◦Lo que pensamos atrae lo que recibimos. Si piensas que te van a engañar, es probable que atraigas engañadores. Necesitas cambiar tu mente para creer que eres bendecido.

4.Crecimiento en Tres Áreas (similar a Lucas 2:52): Así como Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres, nosotros debemos buscar crecer en:

◦Sabiduría (Nuestros Pensamientos): Poner el conocimiento en práctica, pensar, analizar y tomar decisiones con compromiso.

◦Estatura (Nuestras Emociones): Asumir responsabilidades, reconocer límites, debilidades y fortalezas, y expresar emociones de manera saludable. Permitir que Cristo sane nuestras emociones.

◦Gracia (Nuestras Relaciones): Llevarnos bien con los demás. El evangelio es sobre relaciones, y nuestro carácter debe acercar, no alejar a las personas.

El Cuerpo de Cristo Crece Contigo

Dios ha establecido ministerios en la iglesia para capacitar a los santos para la obra del ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo, con la meta de que todos lleguemos a la unidad de la fe y al conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Esto significa que debemos parecernos a Jesús.

La iglesia crece cuando cada uno de sus miembros crece y funciona en su lugar. No basta con «calentar la silla»; es tiempo de activarse y moverse.

Dios es quien da el crecimiento, pero nuestro trabajo es ser fieles y crecer. Es tiempo de decirle al Señor que nos cuesta, que no podemos, y entregárselo a Él. Es tiempo de que Dios venga y nos marque las cosas que necesitamos cambiar.

¡Que Dios nos impulse a todos a buscar esa madurez en Cristo, en todos los aspectos de nuestra vida!

Mensaje extraído del sermón del día 29 de junio, del 2025.